Innovación y trabajo en equipo al servicio de los pacientes
El Dr. Martín Sívori es el jefe de la unidad de Neumotisiología y el Dr. Daniel Pascansky es médico del servicio y coordinador de la Residencia de Neumonología del Hospital Ramos Mejía. Juntos repasan el trabajo que realizan y destacan la necesidad de la investigación y la docencia para brindar atención de calidad a la población
¿Cuáles son las principales características de la unidad de Neumotisiología?
Sívori: Somos un servicio moderno de Neumonología en un hospital multivalente. Contamos con quince camas propias y asistimos enfermedades variadas (tuberculosis, cáncer, asma, EPOC) y hacemos atención ambulatoria con cerca de unas diez mil consultas anuales. Disponemos de áreas de desarrollo reciente como el Laboratorio de Sueño, que incluye pacientes neuromusculares; recientemente incorporamos médicos jóvenes que se formaron con nosotros y se hicieron cargo de esta labor en sueño y ventilación en vacío, que compartimos con el servicio de Neurología. Estamos muy orgullosos de esto. También, llevamos adelante programas de transición con los hospitales Garrahan y Gutiérrez. La Dra. Paula Kaplan es la encargada del Programa de Hipertensión Pulmonar y somos centro de referencia en el país. Pascansky: Hay responsables de diferentes áreas, pero este es un servicio democrático en el cual todos interaccionamos. La Dra. Mónica Jajati dirige el Programa de Tuberculosis en el que hay casi cien pacientes tanto internados como ambulatorios, junto con el Área Programática trabajamos con esta patología en las escuelas y en los domicilios. El Programa de Enfermedades Intersticiales está a cargo del Dr. Pablo Szwarstein con el servicio de Reumatología. Rehabilitación Respiratoria depende del Dr. Javier Iliarte, desde donde trabajamos con el área de Kinesiología. Con el Dr. Sívori nos dedicamos a las enfermedades obstructivas crónicas, como asma y EPOC
. ¿Qué rol ocupan la docencia y la investigación en el servicio?
Sívori: Desde hace veinticinco años dictamos la materia Neumonología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires como cátedra de pregrado, y desde hace diez el curso de especialista de la UBA. Por otra parte, somos un centro de investigación muy reconocido en el país; casi el 15% promedio de los trabajos de investigación en los congresos argentinos se originan en el Ramos Mejía. Queremos construir puentes hacia instituciones públicas y privadas de investigación y para eso tenemos la suerte de tener residentes formados acá y distribuidos en todas partes del país con una interacción directa con el hospital.
En relación a la atención del COVID-19, ¿en qué situación se encuentra actualmente el hospital?
Sívori: Estamos volviendo a la cantidad y calidad de atención, pero todavía no tenemos, por ejemplo, en endoscopia la cantidad de pacientes habituales y así en otras áreas. Notamos claramente que los equipos de salud están muy deteriorados, muy golpeados, no somos los mismos: tenemos problemas de sueño, de concentración, de memoria. Pero realmente ese es un común denominador en todo el personal de salud que trabajó en pandemia. Pero en cuanto a la atención, estamos volviendo a tener casi los mismos valores prepandemia (ver recuadro “Lo que dejó la pandemia…”).
¿Cuáles son los desafíos que tienen de acá hacia el futuro?
Sívori: Siempre centrados en brindar al paciente internado y ambulatorio la mejor calidad de atención. La medicina progresa y es necesario actualizarse, así que la interacción con los jóvenes nos ayuda a estar siempre al tanto de los últimos avances de la ciencia y la investigación. Es vital no quedarse con conocimientos viejos y reconstruir permanentemente nuestros saberes.
Pascansky: Además, siempre es complejo mantener el instrumental y la aparatología, sabemos de los costos, entonces renovar el material es un reto enorme para el cual necesitamos siempre la ayuda de las autoridades. El tercer desafío es seguir incorporando áreas nuevas, como han sido el programa del sueño, rehabilitación intersticial, hipertensión pulmonar.
Sívori: El desafío en investigación es seguir tejiendo vínculos con la UBA, el CONICET, con otros hospitales públicos para generar masa crítica de trabajo original, autóctono e incorporar a profesionales jóvenes. Trabajamos para generar un ambiente cordial, porque creo que eso en una sociedad hostil y complicada da mucho más entusiasmo por estar y seguir creciendo.
Lo que dejó la pandemia, retraso en el diagnóstico
Como consecuencia de las dificultades que dejó la pandemia, el Dr. Sívori analiza: “Así como nosotros todavía no estamos bien, la gente está saturada de toda la problemática médica en general, entonces recién ahora empieza a animarse a consultar. Comenzamos a ver más pacientes con enfermedades obstructivas que no asistíamos como los asmáticos, EPOC, que se dejaron prácticamente de atender. Volvimos a ver patologías que todos asumían que estaban relacionadas con el COVID-19. Además, vemos casos muy avanzados de cáncer y tuberculosis como nunca hemos visto antes; situaciones muy graves en gente joven y eso está relacionado con el retardo en el diagnóstico”.